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Los ojos de la Albufera

Garza Real. La Albufera.
© J. Lorite. 2014.
       Los ojos de La Albufera, ahitos de azul y de sol, miran al mundo a través de los propios de la garza cenicienta. Cientos de años besando cañaverales y juncales, con labios de aguas mestizas de azúcar y sal, unión de sangres entre el Mediterráneo y el padre Júcar. Las espesas aguas lamen fondos de artificio, sudor de labradores que con tierra " roban " profundidad a tu lecho original. Miríadas de azulones descansan sobre tus mansas aguas de invierno ennegreciendo el cielo con sus escuadras. Norteños cormoranes te taladran buscando el maná piscícola que atesoras, ante la estela de la barca vieja, castigada de sal y sol, que avanza con renqueante motor y añeja percha hendiéndola en tu fangoso corazón buscando sigiloso empuje.

      Sobre la altiva estaca, viejo madero de amarre, la garza real contempla su feudo dando luz a los propios ojos del humedal. En su corazón de arponera palpitan miles de años de existencia sobre estas aguas que cada vez son menos y con mayor herida. Y al final de cada tarde, como desde tiempos inmemoriales, la garza será testigo de cómo " su Albufera " engulle con la incompasiva línea del horizonte, al más poderoso de los astros.


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